Nos encontramos culminando el año 2020; un año que ha representado para la humanidad un momento histórico que será recordado con dolor en razón de la gran cantidad de vidas que han fallecido, se han incrementado las brechas de desigualdad social producto de la crisis humanitaria provocada por el Coronavirus, que produce la enfermedad COVID 19 y cuyas implicaciones han puesto al mundo entero de cabeza.
América Latina, como región, está enfrentando la peor crisis en el campo educativo, también a nivel mundial los sistemas educativos han tenido que encarar importantes desafíos; sin embargo, la actual crisis ha impactado todas las estructuras sociales, dejando consecuencias nefastas para las regiones más desfavorecidas y socialmente vulnerables.
A nivel país, la sociedad de costarricense se está enfrentando ante una de las coyunturas más complejas, multiplicando las desigualdades en materia educativa, económica, social; dejando en evidencia las distintas asimetrías en el acceso de oportunidades, que ya arrastrábamos en el campo de la educación como deuda a nuestros estudiantes.
No todas las personas involucradas en el proceso educativo cuentan con las mismas condiciones para ejercer en forma adecuada su derecho a la educación; de manera, que como país, estamos incrementando esa deuda para garantizar el derecho a la educación de nuestros estudiantes. Un derecho a la educación que va de la mano, no solo de poder acceder a un centro educativo, sino de todas las oportunidades que merece acceder para su logro y éxito formativo en el plano de la individualidad y la colectividad social.
El sistema educativo costarricense, no está solo en esta lucha, todos somos parte de esta inédita crisis, desde donde nos encontremos es nuestra responsabilidad apoyar a nuestra nación para salir adelante en conjunto con las autoridades del Ministerio de Educación Pública, razón por la cual en esta época navideña que nos encontramos, es un momento propicio para extenderle mi gratitud a todo el personal académico y administrativo de la Facultad de Educación, que han hecho posible extender una mano solidaria con nuestra nación, apoyando al sistema educativo, ya sea mediante la continuación de los procesos de formación profesional, la investigación y la acción social que lidera nuestra Facultad de Educación al servicio del país, así como el inédito e inclusivo Programa de Transición hacia la Vida Universitaria, que gracias al esfuerzo de distintas instancias académicas, la Facultad de Educación pudo responder al país, dijo presente en uno de los momentos históricos más desafiantes que como país nos ha tocado vivir. Es en este contexto, que hoy más que nunca debemos seguir uniendo esfuerzos como Facultad de Educación para ser parte de la solución a tan dimensionada crisis social.
Debo reconocer el valioso humanismo de todos los docentes, personal administrativo y población estudiantil de nuestra Facultad, quienes no se han detenido; a pesar del complejo contexto, donde es la vida de las personas la que está en riesgo como bien superior, podemos llegar al final del ciclo lectivo 2020 con importantes logros en las áreas sustantivas de la Universidad; tales como la docencia, la investigación y la acción social.
Fueron muchas las iniciativas país desde la Facultad de Educación aportando al servicio de la sociedad, cerramos el año lectivo con una importante producción de profesionales en el campo de la educación; docentes que estarán en la primera línea en la reconstrucción del país, porque sé que Costa Rica sale delante de esta crisis, y que nuestra querida emblemática Facultad de Educación saldrá más fortalecida, más posicionada, reafirmando también la clara visión que tiene en el campo de la educación, porque somos Facultad de Educación al servicio de la Sociedad Costarricense, una Facultad de Educación que no se detiene, que ha continuado llevando a cabo sus valiosas tareas, porque la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica desde sus inicios en 1957 es referente en materia educativa a nivel país.
Vislumbro un fértil camino para la Facultad de Educación, donde seguirá apostando a las innovaciones y actualizaciones curriculares en el campo de grado y posgrado, impulsando iniciativas de impacto país en el campo de la investigación y acción social como lo hecho, formando profesionales de alto nivel al servicio de la sociedad costarricense, y sobre todo contribuyendo a la formación de las personas con altos valores éticos, donde la verdad, la justicia, la transparencia, la responsabilidad y el compromiso con el país sea la única bandera que identifique nuestro actuar.
Porque no hay aporte significativo social, cuando la carencia de la esencia del ser humano falte; recordemos: indistintamente de donde nos encontremos en la sociedad, siempre debemos propiciar en los procesos formativos la plenitud del ser humano. Hemos venido a esta aventura de la vida a servir y este servicio se debe hacer con altos valores éticos; esto es lo que debe seguir caracterizando a nuestra especie humana, dejar atrás patrones egoístas que amenacen la sana convivencia de todas las personas que habitamos el planeta, no solo con nuestros hermanos y hermanas de nuestra especie humana, sino también de todos los seres vivos que conforman el conjunto planetario, porque todos somos parte de un único mundo y este debe ser cada día mejor, más justo, más inclusivo, donde la paz sea también nuestro velero.
Termino este breve mensaje dejando en manifesto mi gratitud a toda la comunidad de la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica, que me han honrado para representarles; puestos que asumí con gran dedicación porque creo en la educación y en el papel que juega la benemérita Universidad de Costa Rica en nuestro país. Esta Institución ha construido nuestra Nación y sigue fortaleciéndola, haciéndola grande, es por ello que si bien es cierto bajo la representación de nuestra Facultad de Educación, que me correspondió, son muchos los desafíos que enfrenté, nunca dudé en tomar las mejores decisiones al servicio del país desde la Facultad de Educación, porque este siempre fue el norte a seguir. Puedo decir al final del otoño de mi vida laboral activa, que ha sido una bendición culminar mi vida académica al frente de la Facultad de Educación, me llevaré en mi alma este período, como los hermosos momentos que atesoro en mi vida profesional y como persona. Aprovecho el momento para extenderles mis deseos de que tengan una hermosa navidad y un próspero año nuevo para la humanidad en general, que esta crisis que ya nos encontramos al final del túnel, sea el momento propicio post pandemia para salir más fuertes, más humanistas, porque construiremos juntos a la sociedad, esto es tarea de todos y la Costa Rica post pandemia requiere hoy más que nunca de la Facultad de Educación!
Somos Facultad de Educación UCR
Mi eterna gratitud. Que Dios les guíe siempre y sea la luz que ilumine el sendero de cada uno de ustedes guiando los pasos correctos de nuestra querida Facultad de Educación!
¡Hasta siempre!
Dra. Guiselle M. Garbanzo Vargas
Decana
Facultad de Educación
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