La actual emergencia sanitaria ante el Coronavirus esta generando una crisis humanitaria en forma inesperada y ha puesto a la educación en un escenario de debate sobre la sustitución de la educación presencial por la educación virtual. A la educación le ha tocado transitar en forma inédita e inmediata hacia la educación en el contexto de la virtualización en todos sus niveles y modalidades.
Sin embargo, la educación como proceso formativo seguirá siendo un proceso mediado por profesionales, que tendrán en sus manos la formación integral de la persona. Nunca podrá ser sustituida la presencialidad del proceso educativo por la virtualización en un todo. Las herramientas que apoyan la virtualización son medios, la relación presencial del docente con la persona estudiante es indispensable en el proceso formativo, el proceso aprendizaje no es solo la atomización de contenidos, no es un proceso informativo, es un todo integral en la formación del ser humano, en el que conjugan una serie de factores indispensables en la formación de las personas como las emociones, valores, procesos comunicativos y modelajes sociales.
Existen conocimientos que por su naturaleza solo se pueden aprender en una relación presencial, de manera que no es probable hablar de una transición total. Todo conocimiento que requiera modelaje de otro requiere de presencialidad en los procesos educativos. Hay que tener presente que antropológicamente los seres humanos como seres sociales requieren el contacto personal, necesitan verse, reconocerse, interactuar, de manera que aún en contextos virtuales como especie humana se buscará otras alternativas que permitan cumplir con este proceso como ser social, donde el proceso de socialización es indispensable en nuestro desarrollo social y evolutivo como especie.
Si bien es cierto, los procesos de formación pueden ocurrir en diferentes contextos, y la actual emergencia sanitaria nos mostró que hemos estado prácticamente condicionados a pensar y comprender el mundo en forma presencial, esta situación nos ha dejado claro que la tendencia en el campo educativo es continuar en la flexibilización de otros espacios como complementarios.
En esta tendencia, la clave está en asumir que la herramienta en la virtualización de la educación solo trasmite información por sí misma; el proceso educativo es formativo y la persona con las competencias para el manejo de la herramienta en la mediación pedagógica definitivamente es el profesional en educación, es quien se ha preparado para guiar los procesos educativos, desde el contenido,lo pedagógic o y lo tecnológico según edades, modalidades, procesos, condiciones individuales, entre otros aspectos propios de la educación.
No es posible que la virtualización por sí misma se apropie del proceso formativo en forma integral, esto nunca será. Prueba de ello es la investigación sobre la educación presencial versus la virtualización de la educación, donde estudios sobre inteligencia artificial indican que no es posible prescindir del todo de una educación presencial, los seres humanos nos relacionamos y aprendemos mediante emociones y esta es necesaria para el razonamiento y todo proceso de razonamiento tiene la base en la parte emocional y esto definitivamente no es programable.
La actual transición ante la virtualización educativa por la crisis humanitaria, por haberse dado en forma precipitada, por razones obvias, ha generado ansiedad e incluso repercusiones en la salud mental de los participantes del sistema educativo y de la sociedad en general, principalmente por el distanciamiento físico, lo que evidencia una vez más la necesidad de las interacciones en los procesos formativos.
Sin embargo, la educación mediante la virtualización no llegará a sustituir lo presencial, esto es un debate bastante superado, quien media es el docente y las plataformas tecnológicas y las herramientas nunca podrán hacerlo en su totalidad, ellas por sí mismas tienen un papel estéril ante el proceso educativo. Lo que sí es claro, es que son complementarios, e incluso la virtualidad puede hacer algunas actividades más eficientes. La relación que se genera mediante el contacto persona a persona, así como la comunicación, entre otros aspectos, pierde en la virtualidad esa riqueza intrínseca de la relación necesaria como especie humana.
El proceso no fluye igual en la virtualidad porque median muchos factores, los estudiantes tienen necesidades de formación que trascienden las posibilidades de los espacios virtuales. Recordemos que una educación presencial también requiere de los componentes virtuales y una virtualidad que requiere de la presencialidad, por ejemplo en algunas asignaturas se podría prescindir de la presencialidad, pero esto no es la norma siempre, ni debe ser, es un complemento y el docente es el profesional preparado para definir esta complementaridad según corresponda.
La educación no se puede traducir a la conectividad y las herramientas para todos. Ni los países más desarrollados han dejado de lado al docente, lo han privilegiado, ser educador no es tarea fácil, no es trasmitir contenidos, es un ser formativo, y es mediante la labor docente que los contenidos adquieren sentido en el proceso educativo en busca de la plenitud de nuestra humanidad. A nivel general las personas necesitan de la convivencia, la parte humana es imprescindible, el aprendizaje también requiere del modelaje, aprendizajes conductuales, el componente afectivo y emocional; todo ello es fundamental, y la virtualidad coloca barreras que inciden en la socialización; proceso indispensable en la formación de las personas.
Al respecto, con el incursionamiento de las tecnologías en la sociedad es evidente que los jóvenes de ahora tienen muchas habilidades tecnológicas, pero no tan competentes en lo social, lo que ha reorientado la necesidad de trabajar en las habilidades blandas porque se han perdido mucho. Tenemos personas muy capaces, que dominan mucho las herramientas tecnológicas, pero no así un dominio en el trabajo colaborativo, en habilidades blandas, hablar en público, capacidad de expresarse adecuadamente, entre otras habilidades, y todo esto se adquiere en la convivencia, de lo contrario se lesiona bastante la parte humana, pilar del humanismo que debe prevalecer en la sociedad y hoy con mayor razón, de manera que la educación presencial seguirá siendo fundamental en la formación de las personas.
El aprendizaje es una relación humana entre individuos, ese calor humano, la comprensión, el análisis, la empatía con el otro, los valores, el respeto,la empatía, la relación que se construye con la interacción del otro, nunca la dará la tecnología, recordemos que el conocimiento no tiene razón de ser sino es para ponerlo al servicio de la comunidad. Tal y como lo dijo Paulo Fraire, la educación sirve siempre y cuando esté al servicio del centro educativo y este refleja la comunidad en la cual está inmerso, y la comunidad se ve reflejada en el centro educativo. La escuela es un producto de cambio en la comunidad, un producto importante.
En consecuencia, la virtualización en los sistemas educativos como complemento de la educación presencial, la debemos ver con una mirada prospectiva, es una oportunidad para reinvertar lo que sea necesario en el sistema educativo, para avanzar y no retroceder; eso sí, cuidando la equidad e inclusión educativa y no ensanchar las brechas. También es una oportunidad para revisar como sociedad, a nivel nacional e internacional, si realmente quienes están inmersos en los sistemas educativos tienen las competencias profesionales en el campo de la educación con los conocimientos en el contenido, en lo pedagógicos y en lo tecnológico; lo cual se hace indispensable en el presente y futuro de la educación.
Dra. Guiselle M. Garbanzo Vargas
Decana Facultad de Educación, Universidad de Costa Rica
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